El impacto más sensible es la reducción del Proesde y la extinción del fondo de Carrera Docente (U040), lo que afectará a mil 900 docentes
La Universidad de Guadalajara (UdeG) exige al gobierno federal un presupuesto digno para la educación superior, el regreso de todos los recursos de fondos extraordinarios y que los que son utilizados para los estímulos a docentes que cumplan con los requisitos de la convocatoria sean garantizados, además de que éstos sean considerados de manera irreductible a cada profesor para no estar sujetos a vaivenes presupuestales.
Lo anterior lo manifestó en rueda de prensa virtual el rector general de esta Casa de Estudio, doctor Ricardo Villanueva Lomelí, quien agregó que la desaparición de fondos y la reducción de presupuesto es un golpe muy fuerte para la educación, ya que las instituciones han sufrido reducciones sistemáticas en los últimos años, lo que demuestra un claro embate contra la educación superior en el país; por lo que la UdeG dará la batalla para que se rectifique esta situación y no descarta la manifestación de la comunidad universitaria para exigir sus demandas.
“Este es el golpe más grande que ha habido al presupuesto de la educación en la historia de México. De seguir tratando a las universidades como instituciones del viejo régimen, la afectación es para todos los jóvenes de México, la afectación es para el futuro de este país, atenta contra el factor de movilidad social (la educación universitaria) que será el que reducirá la desigualdad más importante en este país”, expresó Villanueva Lomelí.
La desaparición de los fondos extraordinarios por parte del gobierno federal afectaría a las áreas de: estímulos docentes, desarrollo científico, infraestructura, equipamiento, tecnología, becas docentes y estudiantiles, movilidad docente y estudiantil, reconocimiento a plantilla, fondo de pensiones, desarrollo cultural, nuevos programas educativos, publicaciones y divulgación, entre otros.
“Hasta ahora, el impacto más sensible para nuestra Universidad es la reducción del programa de estímulos para nuestros profesores y la extinción del Fondo U040 en el presupuesto 2021. Lo que inició como un Programa de Estímulos a la Calidad Docente de la SEP, con el tiempo se ha convertido, por parte de la Secretaría de Hacienda, en un esquema de salario condicionado y estamos a punto de pasar, en 2021, a que se materialice como un programa de reducción salarial”, subrayó Villanueva Lomelí.
Explicó que el programa tiene un déficit de 70.5 millones de pesos derivado del nulo crecimiento presupuestal en el U006, la prohibición de la SEP para integrar el U040 al Proesde y la incorporación de 151 nuevos beneficiarios.
“Este golpe a los ingresos de los profesores es inadmisible y las autoridades de la Universidad daremos la batalla junto con todas las Universidades públicas y, codo a codo, con nuestros profesores. Que quede claro: los universitarios no lo podemos permitir”, reiteró el rector general.
Ante este panorama, informó que la Comisión de Hacienda de la Universidad ya autorizó, para este año, redireccionar 43 millones de pesos, recurso proveniente de economías generadas en el gasto de operación, principalmente por el bajo consumo de luz y la cancelación de las convocatorias de movilidad para estudiantes y docentes debido a la pandemia, pero no hay certeza de contar con los recursos para 2021.
“Con este esfuerzo completamos 100 por ciento de los 629 millones de pesos que se requieren para el programa de estímulos 2020. Sin embargo, al no permitirnos, la federación, sumar el fondo U040 con el U006, nos vemos obligados a aplicar la cláusula de ajuste establecida en el artículo 8 del Reglamento de Estímulos; por lo tanto, habrá mil 085 profesores que saldrán beneficiados en dos convocatorias y recibirán un monto mayor que el año anterior, y mil 900 docentes que únicamente recibirán los estímulos de una sola convocatoria, pero disminuidos por la cláusula de ajuste, en alrededor de 4.5 % de sus ingresos”, detalló.
Recordó que el objetivo original del programa de estímulos era que las universidades cada vez tuvieran más profesores con perfil deseable y así mejorar su desempeño y calidad docente; la UdeG es la universidad pública estatal con los mejores indicadores de calidad en todo el país y, paradójicamente, esto la coloca hoy como la más afectada.
“Tan sólo en los últimos cinco años, el poder adquisitivo del salario de nuestro personal se ha reducido 29 %. La realidad es que ni la suma del sueldo base, más los estímulos, lograría compensar la pérdida del poder adquisitivo de los docentes, y aún así disminuyen y desaparecen los fondos para este fin”, declaró.
Villanueva Lomelí dijo que la extinción de 10 de los 11 fondos federales extraordinarios significa la reducción más grande al presupuesto para educación en la historia del país. Un golpe de 6 mil 777 millones de pesos menos para la educación superior pública en México.
“Con esta reducción, en lugar de aspirar a la meta que esta misma administración se planteó para que, 50 por ciento de los jóvenes mexicanos tenga acceso a la universidad (más de 1 millón de nuevos espacios); por el contrario, el porcentaje de absorción de las universidades públicas del país se verá reducido”, denunció el rector general.
Explicó que, para mantener el mismo nivel adquisitivo de 2015, el presupuesto 2021 de la UdeG debería ser de 13 mil 232 millones de pesos, mientras que en la iniciativa de presupuesto se proyectan únicamente 12 mil 558 millones.
“La realidad es que el presupuesto de las universidades no ha crecido en los últimos cinco años; al contrario, el presupuesto para la Universidad se vería reducido en 674 millones menos para 2021. A este escenario adverso debemos agregar la extinción de casi todos los fondos extraordinarios, que representan otro golpe de mil 423 millones menos al año para crecimiento de matrícula, estímulos a docentes, investigación, becas e infraestructura, entre otros conceptos”, apuntó.
En cuanto a los recursos federales y estatales destinados para el aumento salarial de profesores, dijo que éstos no han llegado y que es otra batalla que esperan no enfrentar, ya que implicaría una crisis financiera este mismo año.
“La UdeG, con sus flujos, ha estado pagando el incremento salarial al que tienen derecho todos los trabajadores, pero ya vimos que eso es insuficiente, y aún así no ha llegado. El recurso para el incremento salarial que ya estamos pagando para profesores, la Universidad no lo ha recibido, son 250 millones de pesos que, en caso de que no llegaran, sí nos colapsaría el cierre de este ejercicio fiscal”, indicó.
El vicerrector ejecutivo de esta Casa de Estudio, doctor Héctor Raúl Solís Gadea, dijo que lo que sigue es mostrar a las comunidades al interior de la UdeG el grado de afectación que esto significa y trabajar con ellos.
“Informarles el grado de crisis injustificable e inadmisible a la que nos está llevando la política del gobierno federal. Generar un clima de exigencia por parte de las universidades para que se exija a las autoridades una revisión a fondo de esta política. Sigue una defensa de la universidad pública”, precisó.
El titular de la Coordinación General Académica y de Innovación, doctor Carlos Iván Moreno Arellano, expresó que es un panorama complejo, ya que el programa de estímulos a nivel nacional se basa en dos premisas: una, la existencia de los fondos extraordinarios, y dos, el crecimiento del subsidio ordinario por encima de la inflación de manera significativa, pero ya no se cuenta con ninguna de estas dos.
“Pareciera que las políticas federales van más enfocadas a desincentivar el trabajo que hacen nuestras y nuestros investigadores, como se había impulsado en las últimas tres decadas en nuestro país”, asimismo, “es incomprensible reducir los fondos a las universidades públicas estatales que son, precisamente, las que más han incrementado su matrícula en los últimos años”, apuntó Moreno Arellano.